Ayer olvide poner el despertador,
pero no importo, porque no dormí,
y siete veces bastaron,
para levantarme y mirar por la ventana,
otra noche ha pasado,
otra madrugada arruinado.
Como extraño la pierna desnuda,
llena de blancura y ternura,
sobre mi cintura descubierta.
Como extraño voltear mi cabeza,
y descubrir que alguien mas,
respira mi aliento.
Como extraño cuando truena el cielo,
refugiarme entre tus pies y tu cuello.
Como extraño recoger caricias,
levantarlas de las sabanas,
y llevarlas a mi cara.
Como extraño las manos curiosas,
gritando que para el amor no hay hora.
Como extraño los besos traviesos,
susurrando que la noche inicia.
Te lo juro... mujer,
como te echo de menos. |