Cuantas veces nos hemos acercado a alguien con temor, y digo temor por no mencionar miedo, sin encontrar las palabras adecuadas, al menos en nuestra mini historia que nos hacemos antes de intentar acercarnos, palabras que si bien no son las precisas yo creo que siempre son las adecuadas, aunque suenen tontas, ridículas o sublimes.

Cada vez que decidimos romper esa distancia que parece un abismo, algo debe pasar en el mundo, no puede quedar todo igual, un corazón gana valor y se atreve, nadie asegura el éxito, pero se hace el intento, a veces creo que perder ese temor, se debe a que en la cabeza nos hemos metido que en el corazón de quien pretendemos hay una leyenda que dice:

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