La vida es tan distinta aquí,
se ve tan diferente,
se respira libertad mezclada con agua de mar.
En el faro estoy ahora,
a espaldas del muelle,
a merced del viento,
a disposición del mar.
Como música de fondo,
el interminable romper de las olas,
me siento pequeño aquí,
y no es para menos,
sentado al borde del faro,
solo bastaría una ola grande,
para derribarme.
¿Dime donde acaba el mar?
¿Dime donde nace el cielo?
y por mas que ajusto la mirada
no le encuentro el fin,
ni el comienzo.
Aquí no importas a nadie,
eres tan pequeño,
que te pierdes en la nada,
aquí no importa cuanto tengas,
cuantos sepas, o cuanto vales,
aquí eres tan importante,
como esta gota de mar,
bajando por mi espalda.
En el faro es tan fácil enloquecer,
porque por mas daño que hayas hecho,
por más miserable tu cerebro,
por más culpable que te marquen,
en el faro nadie te señala.
Y mejor me voy de aquí,
antes... que decida quedarme,
o el mar no me deje salir. |